El papán (Psilorhinus morio), es un ave inquieta y activa, es notorio en los pueblos, tierras de cultivo, plantaciones bananeras y en vegetaciones junto a los caminos, es característico de hábitats alterados y bosques de segundo crecimiento en tierras tropicales bajas así como en algunas áreas de la región montañosa, es llamativo y grande en tamaño.
En la región del Totonacapan, el papán parece ser más abundante hoy en día que en el pasado, se desarrollan con fuerza, expandiéndose exitosamente en algunas áreas, son diferentes a la mayoría de aves de tierras tropicales, podemos observarlos muy cerca de la ciudad con su peculiar chillido, como un vigía del camino.
Tan pronto seleccionan el lugar o al menos apenas se ha puesto la primera rama en el que van anidar, se sientan en él y profieren continuamente fuertes y lastimeros gritos que se escuchan a grandes distancias, macho y hembra trabajan unidos, comparten el trabajo de forma casi equitativa.
Sus llamados se escuchan en la mañana y casi término de la noche, a medio día cuando el sol es más intenso, y cuando otras aves de tierras bajas están descansando en silencio y bajo las sombras, ellos parecen salir de su camino para protestar por el paso de los hombres por sus sitios predilectos, buscan alimentos en bandadas pequeñas y separadas de seis a diez individuos, mientras uno del grupo espía y su persistente chillido envía a toda la bandada gritos de alarma y protesta.
Las hembras se diferencian por sus sonidos, algunos son extremadamente vociferantes, otros son comparativamente silenciosos.
Como la mayoría de otros miembros de la familia de Cuervos, el papán es omnívoro, sin embargo, la mayor parte de su dieta adulta está conformada por frutos salvajes, lo que lo vuelve un ave importante para dispersar las semillas en grandes distancias, pero también dañina para los campiranos, se vuelve una plaga para sus cultivos como el maíz, papaya, naranja, plátano, etc.
Es ese El Papán, un ave de grisáceo plumaje que también se adjudica el origen del nombre de Papantla.
